Las firmas de palo Mayombe también reciben el nombre de “Las Patipembas”, y constituyen trazos de variadas significación según el uso que se les quiera dar. Entre los paleros son utilizadas para la decoración de prendas, para trabajos de brujería o para invocar o llamar a un santo.
Estas figuras son trazadas en dos colores, con yeso (blanco: firma para hacer el bien) o con carbón (negro: firma maligna), se dibujan en el suelo o sobre algún objeto de culto para atraer a los espíritus o entidades sobrenaturales. Cada espíritu, santo u antepasado posee una firma específica y son ellos mismos los que le comunican al Tata su confección, aunque también pueden haber variantes en las firmas para el mismo Santo.
Las firmas las definen los Tatas por indicación de los espíritus y van constituyendo un linaje de la casa, es decir, cada casa debe tener sus propias firmas diseñadas por los padrinos o madrinas.
Como ya hemos dicho las “firmas”, sirven para identificar a los espíritus, antepasados y Nganga, a quienes se les pide permiso y ayuda en los rituales y ceremonias. Los creyentes establecen poderes mágicos y sobrenaturales a estas firmas.
Cada firma posee una energía. Su objetivo es establecer una comunicación entre la casa, las personas y los seres espirituales que habitan en los Nganga, con estas firmas se da fuerza y órdenes a los ancestros para que ayuden en determinados asuntos, por ejemplo en el amor, para abrir caminos, para obtener prosperidad etc.
En cada casa se va construyendo una especie de catálogo de firmas que la identifique y que es la herencia o linaje que va pasando de padrinos o madrinas a los iniciados. Las casas pueden tener centenas de firmas, cada una con un fin específico y dirigida a un santo o espíritu determinado.
